
Y cuéntales la verdad de la historia de los dos hijos de Adam, cuando ofrecieron un sacrificio y le fue aceptado a uno pero al otro no. Dijo: ¡Te mataré! Contestó: Allah sólo acepta de los que Le temen. Si levantas tu mano contra mí para matarme, yo no levantaré la mía para matarte, pues yo temo a Allah, el Señor de los mundos. Prefiero que vuelvas llevando mi delito además del tuyo y seas de los compañeros del Fuego. Esa es la recompensa de los injustos. Su alma le sugirió que matara a su hermano y lo mató, convirtiéndose en uno de los perdidos. Entonces Allah envió un cuervo que se puso a escarbar en la tierra para hacerle ver cómo debía ocultar el cadáver de su hermano. Dijo: ¡Ay de mí! ¿Es que no voy a ser capaz de hacer como este cuervo y enterrar el cadáver de mi hermano? Y quedó así arrepentido. Por esto les decretamos a los hijos de Israel que quien matara a alguien, sin ser a cambio de otro o por haber corrompido en la tierra, sería como haber matado a la humanidad entera. Y quien lo salvara, sería como haber salvado a la humanidad entera. Y así fue como les llegaron Nuestros mensajeros con las pruebas claras y sin embargo, después, y a pesar de esto, muchos de ellos se excedieron en la tierra. [Qur'an 7:27-32]
Muchos estudiosos Salafis cuentan que Adam permitió a sus hijos casarse con sus hermanas, dada la necesidad para la continuidad de la especie, y que de cada embarazo salían gemelos, niño y niña. La condición era pues que un hijo de un embarazo solo se casaría con una hija de un embarazo distinto.
La hermana de Abel no era bonita, mientras que la de Caín sí lo era por lo que este la quería para sí. En un principio, Adam, la paz sea con él, se negó a que Caín se casase con su hermana pero finalmente se acordó que ambos hermanos ofreciesen un sacrificio, y aquel cuyo sacrificio fuese aceptado se casaría con ella.
Abel sacrificó una oveja de buen ver, Caín sólo algunas malas hierbas. Acto seguido una llamarada bajo del cielo y consumió el sacrificio de Abel, dejando intacto el de su hermano. Caín montó en cólera diciéndole a su hermano que le mataría antes que dejarle casarse con su hermana. Abel dijo: "Allah sólo acepta de aquellos que son piadosos", Caín volvió a amenazar con matarle a lo que Abel respondió: "Si levantas tu mano contra mí para matarme, yo no levantaré la mía para matarte, pues yo temo a Allah, el Señor de los mundos. Prefiero que vuelvas llevando mi delito además del tuyo y seas de los compañeros del Fuego". Con las mismas Caín asestó una pedrada a su hermano y lo mató. Después enterró el cadáver y lo cubrió de tierra.
Se dice que Caín encontró su castigo el mismo día, cuando se le ató el pie al fémur y su cara fue torcida para mirar al sol directamente y seguirlo a todas partes.
Con respecto a esta historia el Profeta de Allah, la paz sea con Él, dijo: "Cuando dos musulmanes se enfrentan y uno de ellos ataca a su hermano con un arma los dos van al infierno" Al preguntarle los compañeros sobre el por qué de que la victima fuese al infierno también el Profeta, la paz sea con Él, respondió: "El también intentó matar a su hermano". Y alguien le preguntó: "Mensajero de Allah, ¿y si alguien entra a mi casa y extiende la mano para matarme?". Y el Mensajero de Allah contestó: "Entonces sé como el mejor de los dos hijos de Adam".
La historia de Caín y Abel es por tanto un ejemplo de como el shaytan juega con nuestras emociones haciéndonos sentir ira, celos, envidia... para que nos condenemos a nosotros mismos al fuego de Yahannam.